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(#LaCity): Números duros reflejan el aumento de la demanda en Salud Pública por la crisis

(#LaCity): Números duros reflejan el aumento de la demanda en Salud Pública por la crisis

Por Ignacio Pellizzón


“Cada vez tenemos más demanda en la Salud Pública por la pérdida de fuentes de trabajo”, así de sencillo y claro lo dijo la intendenta de Rosario, Mónica Fein, sobre una de las tristes facetas que genera la crisis económica que se viene atravesando desde hace más de un año.

Si bien pareciera una frase de campaña, de las tantas que abundan en estos días, las últimas cifras difundidas por el Indec sobre el último cuatrimestre del 2018 amparan el argumento de la mandataria de Rosario sobre el desempleo

Según el organismo nacional, a nivel país la pérdida de empleo formal alcanza a 260 mil puestos de trabajo, pero como la encuesta incluye solo 31 conglomerados nacionales, representa al 62% de la población total. Si se extiende la cifra de cantidad de desempleados a toda la población, la variación fue en realidad de 417.000.

En Rosario el índice de desocupación llegó a un nivel preocupante: 12, 8%. Se trata de una cifra mayor a la última recaída económica que se sufrió en el 2006 y 2009. Es decir, el mercado de trabajo de la región perdió 25 mil ocupados y se sumaron 32 mil desocupados, siempre hablando de trabajo formal y del último cuatrimestre del 2018, con lo cual los números pueden haber empeorado.

LE PONE EL PECHO

Lo más duro de ser un reciente excluido del mundo laboral formal es que uno pierde de golpe y porrazo un sistema de cobertura social, lo que obliga a tener que contratar algún servicio prepago, lo más infrecuente cuando se pierde el principal sueldo, o comenzar a utilizar el sistema de Salud Pública, uno de los ejes de campaña del socialismo históricamente.
 

Si bien hay un presupuesto anual aprobado para atender una demanda constante en los hospitales y efectores de la ciudad, incluyendo los gastos corrientes, medicamentos, entre otros, las crisis económicas como la actual, desestabilizan cualquier proyección que se puede intentar llevar a cabo en un mediano plazo, sumando como agravante la inflación más devaluación.

En resumidas cuentas, el sistema de Salud Pública tiene como segunda razón de ser ponerle el pecho, como se dice en la jerga callejera, amortiguar la caída de los excluidos para que puedan seguir ejerciendo su derecho a la Salud. Pero como todo en este mundo, cuesta dinero.

Números duros. En diciembre del 2017 la secretaría de Salud de la Municipalidad destinó $8 millones para la entrega de medicamentos en 50 centros de salud. Exactamente un año después, es decir, diciembre de 2018 la suma se incrementó a casi el doble: $15 millones, según los datos a los que accedió Baring.com.ar

El incremento en promedio es del 10%, pero la suba de los costos oscila entre el 50% y 100%, según la droga o descartable, como consecuencia de la devaluación.

Lo más resonante en cuanto a “ponerle el pecho” a los despedidos, es que los pacientes atendidos en efectores públicos durante el 2018 subieron de 310 mil a 350 mil. De esos 40 mil (son 10 mil historias clínicas familiares), de los cuales más de la mitad se explica por la pérdida de empleo y de cobertura médica.
 
Todo amortiguamiento se puede vencer si el peso es extremo, y si los recursos económicos comienzan a escasear para fortalercer los soportes, todo el sistema podría colapsar. Si bien hasta el momento el aumento de la demanda no desborda de forma preocupante, sí genera temor que el contexto pueda empeorar y el boom de pacientes se incermente de forma exponencial. En un escenario de caída económica constante y sostenida, será todo un desafío para la Salud Pública local conocer el límite, es decir, hasta dónde se puede amortiguar a los excluidos.